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La ciudad de Zell en Renania-Palatinado: en mayo de 2024, el río Mosel superó el muro de contención contra inundaciones y gran parte de la ciudad vieja quedó bajo agua. Fuertes lluvias en el sudoeste de Alemania provocaron inundaciones. Algunas zonas de Francia, Bélgica y Países Bajos también se vieron afectadas.
Dado que una parte considerable de los propietarios privados de inmuebles en muchos países europeos no tienen ningún seguro contra desastres naturales, ante un siniestro de envergadura siempre se acude al Estado. En muchos países en desarrollo, el porcentaje de los inmuebles no asegurados es todavía mayor. En Europa, los organismos estatales y la industria del seguro desean erradicar este problema y debaten distintas soluciones.
Inundaciones, incendios, tormentas… Las consecuencias del calentamiento global son cada vez más frecuentes y contundentes en muchos países europeos. Una cifra ilustra la delicada situación: dos tercios de todas las pérdidas por eventos climáticos que se produjeron de 2010 a 2019 en países de la Unión Europea no estaban asegurados, advierte la Comisión Europea. En países mucho menos prósperos, esta cifra es todavía más dramática: globalmente el 69 % de todos los daños ocasionados por catástrofes naturales no estaban asegurados, según las cifras del corredor de seguros AON.
La diference entre los daños relacionados con el cambio climático asegurados y los no asegurados se denomina Climate Insurance Protection gap. Gran parte de esa brecha afecta a los propietarios privados de inmuebles que no tienen seguro contra desastres naturales. Por ejemplo, si su casa se daña a causa de una inundación, los daños no están cubiertos.
Esto es un problema debido a dos causas. En primer lugar, muchos propietarios de inmuebles infravaloran el riesgo. Desarrollan una falsa sensación de seguridad y luego pueden verse sorprendidos por fenómenos meteorológicos extremos repentinos. En el peor de los casos, no solo pierden su inmueble, sino que tampoco reciben resarcimiento alguno por ello al no estar asegurados. En segundo lugar, la brecha de protección – Protection gap – también es un gran problema para el Estado. Porque cuando se producen los grandes siniestros y muchos propietarios de inmuebles no están asegurados, la presión para que el Estado financie a los afectados es inmensa. Esto afecta el presupuesto estatal y, con el avance del cambio climático, produce riesgos financieros cada vez mayores para el contribuyente.
Amatrice en Italia: el 24 de agosto de 2016, un terremoto -en el que fallecieron 299 personas- destruyó el pueblo casi por completo en la Provincia de Lazio.
Amatrice en Italia: el 24 de agosto de 2016, un terremoto -en el que fallecieron 299 personas- destruyó el pueblo casi por completo en la Provincia de Lazio.
Las consecuencias ante grandes siniestros se demostraron tras la devastadora catástrofe por inundaciones en Ahrtal al oeste de Alemania, en la que en el verano de 2021 fallecieron más de 180 personas y una gran parte de la infraestructura y de los edificios de muchas localidades fueron destruidos y dañados. También en este caso, muchos de los propietarios no estaban asegurados contra desastres naturales. La mayoría de los estados federados alemanes, ya en 2017, habían decidido no pagar más daños no asegurados ante catástrofes naturales. Sin embargo, al ver las desastrosas imágenes de las zonas anegadas publicadas en los medios, se dispuso un fondo de reconstrucción estatal por un monto de 30.000 millones de euros. “Desde el punto de vista humano, la valiente intervención estatal es completamente comprensible”, manifiesta Markus Wehrmann, referente de la representación política de intereses de la Asociación de aseguradoras públicas alemanas (Verband öffentlicher Versicherer e. V.). “Aunque afecta el presupuesto estatal. Y desincetiva a los propietarios de inmuebles a asegurarse.”
Markus Wehrmann, referente de la representación política de intereses de la Asociación de aseguradoras públicas alemanas (VöV)
Ante este escenario, hoy existen varias iniciativas para reducir la brecha de protección –Protection gap. El Estado tiene interés en lograrlo, pero también la industria del seguro. En el ámbito de la UE, por ejemplo, de la cuestión sobre cómo hacer desaparecer esta brecha se ocupa la Autoridad Europea de Seguros y Pensiones de Jubilación (EIOPA) y el Banco Central Europeo (BCE). Entidades que han publicado un documento de discusión común titulado Policy options to reduce the climate insurance protection gap en el que sugieren posibles enfoques de acción. Otra iniciativa es el Climate Resilience Dialogue, una plataforma de diálogo en el ámbito de la UE, en la que participan representantes de la industria del seguro y reaseguro, representantes de otras empresas, representantes de autoridades y regiones y representantes de consumidores. Conjuntamente, discuten las causas del problema y las posibles vías de solución. Se espera un informe final con sugerencias concretas de la iniciativa para el verano de 2024.
Pero ya conocemos algunas de las vías de solución que podrían funcionar. Un punto de partida es mejorar la concienciación de los propietarios de inmuebles. Quien comprenda la gravedad del riesgo de daños por catástrofes naturales y cómo ello aumenta por el cambio climático estará motivado para asegurar su propiedad. Además, es importante que los asegurados sepan con precisión qué cubre su póliza y qué no. “Aunque la gran mayoría tenga un seguro del hogar multirriesgo, muchos de esos propietarios no tienen claro que no están cubiertos contra las inundaciones y fuertes lluvias”, afirma Wehrmann, experto de VöV. Muchas aseguradoras luchan contra esa falta de conocimiento mediante campañas de información.
Otra posibilidad para disminuir notoriamente la Protection gap podría ser la obligación de contratar un seguro contra desastres naturales. En Suiza, por ejemplo, existe ese tipo de regulación. Una ventaja de esa propuesta: si la obligatoriedad es ampliamente aceptada, quedarán pocos inmuebles sin asegurar y el Estado no deberá intervenir para salvarlos cuando se trate de grandes siniestros. Otros países podrían seguir pronto el ejemplo suizo. En Alemania, los estados federados de Baden-Wurtemberg y Renania del Norte-Westfalia optan por el seguro obligatorio. Incluso éste existió alguna vez en Baden-Wurtemberg. Aunque en los años 90 fue eliminado, el número de propietarios privados con protección contra desastres naturales supera el 90 %, un valor considerablemente superior a la media en Alemania, del 52 %. Sin embargo, el seguro obligatorio tiene una desventaja decisiva, manifiesta Wehrmann, experto en VöV. “El solo hecho de controlar el cumplimiento en casi 20 millones de inmuebles para vivienda en Alemania implicaría un trabajo administrativo significativo, especialmente para las autoridades financieras.”
Por ello hoy se discute otra solución complementaria o alternativa al seguro obligatorio. El denominado principio de Opt-out: quien desee contratar un seguro de hogar multirriesgo, debe recibir una oferta de la aseguradora para que también contratre su seguro contra desastres naturales. Solo si los clientes se manifiestan expresamente en contra, podrán contratar una póliza de seguro sin la cobertura contra desastres naturales. Estos clientes podrían estar obligados a firmar una declaración en la que manifiesten ser conscientes de las consecuencias y que renuncian a la posible cobertura con conocimiento de causa. “Incluso se podría dar un paso más para que también renuncien a la subvención estatal”, agrega Wehrmann.
En Francia, las aseguradoras de hogar multirriesgo están obligadas desde 1982 a incluir una cobertura contra desastres naturales en el seguro de hogar multirriesgo. Por supuesto, cualquier ciudadano francés puede optar por no asegurar su vivienda. Pero si un propietario de un inmueble contrata un seguro de hogar multirriesgo, la cobertura contra desastres naturales es una parte obligatoria de este. Es decir, los clientes no tendrán protección contra los desastres naturales si conscientemente deciden no contratar un seguro de hogar multirriesgo.
Al mismo tiempo, dos factores hacen que la cobertura contra desastres naturales en el seguro de hogar multirriesgo en Francia tenga un precio conveniente, con una media de 26 euros por año y por vivienda. Primero existe un sistema de reaseguro estatal. Segundo, rige el principio de solidaridad, es decir, las aseguradoras no analizan el riesgo individual de cada cliente. Conclusión: de acuerdo con las cifras del Centro Europeo de Protección al Consumidor (CEC), el 98 % de los propietarios en Francia están protegidos contra desastres naturales. Desde 1982, el Estado debió intervenir una sola vez para compensar los daños en una propiedad privada.
Además de la información, de la obligación de contratar un seguro y del principio Opt-out, hay otro aspecto decisivo para disminuir la Protection gap, o al menos para que no siga aumentando: adaptarse al cambio climático. Si esto no se produce, ninguna solución de contratación de seguros será de ayuda.
Por ejemplo, los estados podrán determinar prohibiciones de obra nueva y de reconstrucción para no permitir que surjan nuevos riesgos, en primer lugar, y para reaccionar ante aquellos ya conocidos. Las medidas preventivas, tales como la construcción de aluviales y presas, pueden aumentar la resiliencia de las regiones contra los riesgos de inundación. Consecuentemente, esas medidas de coberturas de seguro contra desastres naturales permanecen accesibles para los propietarios.
Todos los esfuerzos por lograr una mejor Protection gap son buenos si la industria del seguro presenta ideas propias y posibles soluciones, aclara Wehrmann. “La industria puede contribuir sustancialmente para la prevención de daños gracias a su amplia experiencia.”
La inteligencia artificial (IA) entusiasma a los seres humanos, y también a la industria del seguro Desde la aparición de Chat GPT, el entusiasmo en torno a la IA ha llegado a niveles insospechados.
El gran proceso de transformación digital de la industria del seguro está experimentando un fuerte impulso gracias a la IA. Los asesores y expertos en tecnología observan una revolución del modelo de negocio dadas las posibilidades disruptivas de la IA en casi todas las áreas de la industria del seguro: desde la evaluación del riesgo y la automatización de los procesos comerciales hasta la comunicación con los clientes.
Pero como suele suceder, tras las grandes expectativas siempre aparece una fase de desilusión. Se habla mucho sobre la IA y su revolucionario potencial en entre el público general y los medios de comunicación especializados; sin embargo, la industria apenas ha avanzado en cuanto a sus usos concretos. Muchas aseguradoras han iniciado proyectos piloto, mayoritariamente de uso interno, como canalizar las consultas de los clientes o determinar las inabarcables y diversas tarifas que ofrecen. Esto no tiene nada que ver con el cambio disruptivo del modelo de negocio.
Al mismo tiempo desde la política se está empezando a regular la IA con mayor intensidad con el fin de limitar los riesgos de su uso descontrolado y potencialmente abusivo. Dado que la IA tiene un gran potencial de transformación para muchas industrias, así como también para nuestra sociedad en su conjunto, y que muchos ámbitos sensibles de la vida también se ven afectados por ella, la UE presentó en la primavera de 2024 un proyecto de ley para regular dicha tecnología. Por primera vez, se han establecido guías de seguridad en el uso de IA.
Esta medida orienta a la industria del seguro en el uso de IA. Sin embargo, el proyecto de ley, EU AI Act, determina como “de alto riesgo” los sistemas de evaluación del riesgo y determinación de los precios dentro de esta industria. Esto afecta especialmente al sector de seguros de vida y de salud. En el futuro próximo, Europa establecerá severos requisitos para la administración del riesgo, la gobernanza, la documentación técnica, la explicabilidad, la precisión, la solidez y la seguridad cibernética de los sistemas IA. Además, siempre deberá haber un ser humano que supervise los sistemas como instancia final. La UE prohíbe además el uso de la IA para el denominado social scoring, en el que se utiliza información de las redes sociales de los clientes para elaborar un perfil de riesgo.
Con su proyecto de ley, Europa asume un rol pionero en el manejo de la IA y establece parámetros internacionales para desarrollarla teniendo en cuenta los estándares éticos y los valores europeos. Los riesgos que resultan deluso descontrolado de la IA que el ser humano no llega a comprender se estiman tan altos que el legislador europeo se vio obligado a intervenir.
Dentro de la aceptación que existe de la necesidad de regular el rápido desarrollo de los sistemas impulsados por las empresas internacionales de informática, se mezclan también críticas desde la propia industria de los seguros. Con las especificaciones previstas, precisamente en el ámbito de los seguros personales, el gran potencial de esta tecnología – en ámbitos como una evaluación de riesgo óptima y una suscripción acelerada – se podría ver limitado. El nivel de seguridad para la evaluación de riesgo de cada persona o para determinar los precios ya es muy alto debido a las regulaciones existentes.
Las organizaciones de protección al consumidor critican que la IA en la industria del seguro sirva para optimizar la disposición de los clientes a contratar pólizas y a aumentar su gasto. Además, la suscripción de pólizas – a través de los algoritmos de auto-aprendizaje – podría convertirse en el futuro en una caja negra, algo que los legisladores deben evitar.
Muchos especialistas de la práctica empresarial consideran actualmente que utilizar la IA es un gran beneficio para las aseguradoras a la hora de interpretar documentos complejos y traducir documentos desestructurados como datos estructurados. Esto significa: Se hace así hincapié en el rol de la IA como soporte, especialmente en procesos comerciales difíciles como la suscripción de riesgos industriales. Actualmente, gracias al uso de la IA, algunas aseguradoras estan generando ganancias palpables en la productividad, por ejemplo, en sus comuncaciones con el cliente y al recabar datos relevantes para la toma de decisiones.
La automatización de procesos se acelerará considerablemente con la IA. Sin embargo, al menos en Europa es poco probable que veamos una automatización completa de los procesos relevantes con los clientes, como la determinación de precios y la suscripción. Es decir, los especialistas de las aseguradoras no serán reemplazados por la IA, dado que continuarán teniendo la última palabra en las decisiones. Pero aquellos que utilicen la IA para optimizar procesos de trabajo reemplazarán en un futuro a aquellos que no lo hagan.
El gran potencial de la IA radica en el rediseño de procesos complejos establecidos desde hace décadas en la industria del seguro. Y eso genera presión a las empresas para que actúen. La transformación digital y la modernización de los sistemas informáticos hoy en día ya constituyen desafíos potentes para la industria. Ahora se trata de diseñar los sistemas para que la IA también se pueda implementar sin problemas y para que los datos, ampliamente disponibles para la mayoría de las aseguradoras, se puedan utilizar de forma útil.
En ese caso, las empresas deben definir claramente dónde el uso conveniente de la IA en su modelo de negocio se puede dar. Sería un error exagerar el entusiasmo y “simplemente hacer algo con la IA” por decisión de la dirección. Incluso si los asesores y los proveedores tecnológicos proclaman la gran revolución en el negocio del seguro, nunca es tarde para un uso razonable de la IA.
Las aseguradoras de vehículos están bajo presión. Ello se debe a que aumentan los costos, la competencia se ha tornado más feroz y la movilidad está cambiando. Los modelos de negocio actuales se están topando con sus propios límites. Una posible solución: las aseguradoras con una estrategia de datos inteligente se aseguran una ventaja competitiva.
Las aseguradoras de vehículos de motor necesitan hoy nervios de acero: aumentan los gastos de reparación, los clientes deben pagar primas más altas y los fabricantes de vehículos se han tornado competidores, dado que ofrecen también seguros en el sector en colaboración con grandes aseguradoras internacionales. Las compañías de segundo nivel se están quedando fuera. Al mismo tiempo está creciendo el peso de las compañías InsurTechs, centradas en ofrecer una excelente experiencia al cliente. Cada vez, se firman más contratos de forma digital. Quedaron atrás los tiempos en los que los clientes se mantenían fieles a su representante de seguros de toda la vida.
Las aseguradoras de vehículos de motor están ante la obligación de actuar. Deben reducir costos e implementar una estrategia que garantice no quedarse fuera de un mercado tan cambiante. El manejo innovador de los datos ofrece una oportunidad prometedora ante este desafío.
Un punto importante en este contexto: los autos modernos se han convertido en portadores de datos en red, que acumulan y envían montañas de información, por ejemplo, sobre el modo de conducir, la activación de sistemas de asistencia y el estado técnico del vehículo.
Sin embargo, hasta el momento, esos datos se han quedado en manos del fabricante. Pero eso podría cambiar mediante el Data act de la Unión Europea (UE), acordado a fines de noviembre de 2023 y que se implementará a partir de septiembre de 2025 en toda la UE. Su objetivo consiste en simplificar el intercambio de datos en el Internet de las Cosas (IoT) y regularlo para todas las industrias. Esto podría permitir a las aseguradoras acceder a un valioso tesoro de datos sobre vehículos, siempre que los clientes lo permitan, que hasta el momento ha sido apenas explorado. En el futuro serán los usuarios quienes decidirán si desean compartir con terceros, como por ejemplo aseguradoras, la información recabada en el vehículo.
Para las aseguradoras esto significa dos cosas: los consumidores deben ver las ventajas de compartir sus datos. Y deben confiar en las capacidades de su aseguradora en materia de datos, porque “muchos clientes son reservados en lo que respecta a compartir sus datos”, afirma Larissa Klick, experta en seguro de motor de Deutsche Rück. Los consumidores tienen una mirada especialmente crítica hacia las aseguradoras en este ámbito. Según una investigación de Deloitte, solo una ínfima minoría de las personas consultadas en el mundo cree que las aseguradoras manejan con responsabilidad los datos de movilidad (véase gráfico). En algunos países, esa cifra ronda el 6 %. Por lo tanto, vale la pena que las aseguradoras comuniquen de forma clara a sus clientes lo que sucede con sus datos.
En general, parece importante que las aseguradoras de vehículos de motor reflexionen sobre el diseño de sus productos. Porque no solo el vehículo, sino también la movilidad en su totalidad, está cambiando. “Hasta ahora, desde el punto de vista del cliente se aseguraba especialmente la propiedad del vehículo”, expresa Stephen Voss, co-fundador y director de comercialización y mercadeo de la aseguradora digital Neodigital. Esto está cambiando. “Existen cada vez más personas que prefieren alquilar un auto en vez de comprarlo.” Por ese motivo, en el futuro, no se tratará tanto de asegurar la propiedad física de un vehículo, sino todos los aspectos de la movilidad compartida. Es decir: carsharing; o modelos de abonos para autos de alquiler – entre ellos, cada vez más autos eléctricos. Un dato interesante para las aseguradoras: según el informe mundial del seguro de propiedad y de daños 2023 (World Property and Casualty Insurance Report 2023) del consultor Capgemini, el 42 % de los tomadores de seguros en todo el mundo desean una póliza única para esa diversidad de soluciones de movilidad.
Teniendo esto en cuenta, el seguro de motor tradicional podría convertirse en una oferta de cobertura de movilidad completa. Para eso las aseguradoras necesitarán muchos más datos e información que la recabada hasta ahora, además de un sistema informático flexible. Sin embargo, la mayoría de las aseguradoras se lamentan de la lentitud de los sistemas. Por eso, la experta de la Deutsche Rück aconseja lo siguiente: “Las aseguradoras de vehículos de motor que deseen tener éxito en el futuro deben tener coraje e invertir en un sistema informático flexible, que pueda tratar todos los datos disponibles, que pueda tratar todos los datos disponibles, como aquellos de la cartera individual; su experiencia en siniestros y la situación actual de los precios del mercado y del propio modelo flexible de tarifas.” Así los proveedores también podrán ofrecer otros productos y precios a grupos de usuarios que no todas las aseguradoras tienen en su radar.
Además, un sistema informático moderno y una base de datos competitiva permiten a las aseguradoras adaptar sus precios constantemente en función de las nuevas condiciones de mercado. “Cuanto mejor resulte esto para las empresas en el futuro, mayor será su ventaja competitiva frente a otras aseguradoras no tan ágiles”, agrega Klick.
Larissa Klick, experta en seguro de motor de Deutsche Rück
Para el fundador de Neodigital Voss mucho de ello ya forma parte del día a día: su equipo trabaja con procesos automáticos, una administración contractual digital y datos de conductores recabados de forma individual para las categorías de riesgo, en lugar de hacerlo con modelos estadísticos. “La industria del seguro de motor vive hasta ahora de datos históricos, pero esas son todas expresiones que se refieren al pasado”, expresa Voss. Esto ya no está a la altura de los tiempos que corren. “Existe una oportunidad de conseguir nuevos clientes si se combinan los datos históricos con los actuales, logrando una tarifa más justa.” En este contexto los datos telemáticos podrían ser decisivos: “Si una conductora principiante tiene la clasificación de daños 0, pero conduce con mucho cuidado, y la aseguradora lo sabe mediante los datos del vehículo transferidos, entonces ella podría obtener un descuento.”
En muchos países los vehículos nuevos de precios altos también poseen un equipamiento estándar con un sistema telemático, señala Voss. Esto significa que en el futuro no será necesaria la instalación costosa de un hardware adicional por parte de las aseguradoras. “Si las aseguradoras pudieran tratar estos datos recabados rápidamente y de manera automatizada, el sistema telemático también se podría implementar a bajo costo, y de esa manera, ofrecer mayores descuentos”, afirma Voss. Las encuestas señalan que, desde el punto de vista del cliente, el descuento en la prima es la motivación principal para compartir los datos.
Para aprovechar este potencial en el futuro, las aseguradoras cooperan cada vez más con start-ups que ofrecen servicios basados en datos. Un ejemplo es la start-up Caruso, que junto con el Instituto Fraunhofer busca crear un mercado de datos que sirva como nexo entre los fabricantes automotrices y las aseguradoras, facilitando el intercambio seguro y eficiente de los datos telemáticos. Este ejemplo también indica que todo lleva a la cooperación: entre clientes y aseguradoras; entre proveedores y fabricantes automotrices.
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Publicado en junio de 2024
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